Cada vez está más instaurado el tráfico ilegal de cachorros de animales de compañía, especialmente de perros y gatos. Desde hace años, se lleva denunciando que los cachorros llegan a España desde Europa del Este cuando aún no tienen ni los tres meses de vida (edad a partir de la cual se puede transportar legalmente de acuerdo con la normativa europea), en malas condiciones, sin vacunar y con documentación falsa. Un negocio muy rentable y sanguinario que, desgraciadamente, cada vez está más instaurado.
Las “puppy mills” crecen en España

Según fuentes del SEPRONA (Unidad de Medio Ambiente de la Guardia Civil) las granjas o fábricas de cachorros, también conocidas como “puppy mills” han ido proliferando en los últimos años, debido a la alta demanda de cachorros de una determinada raza a precios bajos. De hecho, la Fundación FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales) ha estimado que en torno al 42% del comercio de perros y el 22% de del comercio de gatos es ilegal, unas cifras realmente alarmantes, y muchas veces se desconoce que se está participando en este negocio.
No se preocupan por el bienestar del animal
Los cachorros son criados de forma masiva y en pésimas condiciones sin cubrir siquiera sus necesidades básicas, y son separados de sus madres antes de la edad recomendada para ser transportados amontonados por Europa. Una vez que el cachorro llega al hogar que lo ha comprado, en muchas ocasiones fallecen por deshidratación o enfermedad. Si el dueño les reclama a los criadores, le dan un cachorro gratis y solucionado el problema.
Por otro lado, las madres viven de por vida en jaulas pequeñas e insalubres, con poca o ninguna atención veterinaria. Son forzadas a quedar embarazadas continuamente cuando tienen el celo, sin respetar el descanso recomendado entre celos, con el único objetivo de quedar una y otra vez embarazadas hasta que ya no puedan más y después ser sacrificadas.
¿Cómo evitarlo?

Como siempre decimos, hay muchísimos animales en protectoras que están esperando que una familia cariñosa los adopte.
Y si quieres alguna raza específica, asegúrate de que el criador es de confianza y vela por el bienestar de los animales. Para ello, puedes acudir a organismos cualificados que puedan asesorarte y ponerte en contacto con un criador oficial. Asimismo, un criador que realmente vela por los animales no tendrá ningún problema en mostrarte sus instalaciones y a la madre del cachorro.
Además, el negocio de tráfico de cachorros se mueve especialmente por Internet, donde no existe ninguna garantía de cuidado animal. La Fundación FAADA también indica que otra forma de saber su un criador es de confianza es asegurarse de si está especializado en la crianza de una sola raza o de varias, ya que en este último caso es donde abundan los criadores ilegales puesto que es difícil especializarse en la crianza de muchas especies y respetar su cuidado y bienestar.
Falta de persecución y normativa desregulada
Estos criaderos se aprovechan de la falta de persecución por parte de las Administraciones, y en numerosas ocasiones no se da el respaldo suficiente a asociaciones y fundaciones en defensa de los animales.
Además, la regulación en materia de protección animal es muy pobre e insuficiente, y rara vez llega a los tribunales. No existe ningún reglamente en el que se detalle qué es maltrato, qué es ensañamiento o qué es un medio peligroso para el animal, lo que dificulta las actuaciones en defensa de los animales. Asimismo, la normativa está muy fragmentada, ya que cada comunidad autónoma establece qué es legal o no en su territorio.
A pesar de ello, el SEPRONA y muchas fundaciones sí organizan dispositivos en contra del maltrato animales.
Todo sea por el respeto a los animales.